10
Mayo
2025

León XIV: un misionero y un canonista en la Cátedra de San Pedro

Fue elegido un canonista agustino para la Cátedra de Pedro, el Cardenal Robert Francis Prevost, nacido en Chicago pero radicado y nacionalizado peruano de 69 años de edad.
De la orden de San Agustín el hoy electo León XIV evidencia su vocación misionera.

Fue elegido un canonista agustino para la Cátedra de Pedro el Cardenal Robert Francis Prevost, nacido en Chicago pero radicado y nacionalizado peruano de 69 años de edad. De la orden de San Agustín el hoy electo León XIV evidencia su vocación misionera. Se licenció y doctoró en derecho canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomas de Aquino (Angelicum) de Roma.

Creado cardenal por el Papa Francisco el 30 de septiembre de 2023en su primer discurso ante el pueblo de Roma anunció la continuidad del magisterio del Pontífice argentino; dejando entrever ya a partir de su vestimenta una intención clara de caminar uniendo a la Iglesia conservadora y a la reformista.

Su pertenencia a los agustinos y la elección del nombre, nos indican que su línea magisterial estará enderezada en las cuestiones sociales como lo hizo su antecesor León XIII en su carta encíclica Rerum Novarum. Sobre los problemas actuales sobre los trabajadores, la desigualdad laboral, la dignidad humana y debe enfrentar otra revolución industrial que es la inteligencia artificial.

Nos es menor recordar a León quien permitió la celebración del Concilio de Calcedonia de 451 de nuestra era que proclamó la dignidad y la humanidad de Cristo. “consustancial al Padre por su divinidad, consustancial a nosotros por su humanidad. Es ese León I que convence a Atila de no marchar sobre Roma y la protegió incluso luego de la caída del imperio romano de occidente en el 476.

Y como agustiniano recordar a San Agustín quien enderezó la dirección iusnaturalista y racionalista de los Primeros Padre, luego de la herejía de Pelagio. Este monje inglés afirmaba la absoluta libertad de la voluntad del hombre, la bondad de la naturaleza humana, no corrompida por el pecado y por tanto la posibilidad de obrar bien y de alcanzar la salvación sin el concurso divino de la gracia. Al darse cuenta San Agustín que peligraba todo el cristianismo, al hacer inútil la venida de Jesús y la redención y los sacramentos como medios de la gracia y que la Iglesia fuera la administradora de ellos. Es por ello que reaccionó sosteniendo que toda la humanidad es pecadora desde Adán y que es incapaz de salvarse con sus propias fuerzas. Y sostiene, en apretada síntesis, que es la voluntad de Dios la que nos salva.

En su primer discurso a los Cardenales, exhortó «el retorno al primado de Cristo en el anuncio»; «la conversión misionera de toda la comunidad cristiana; el crecimiento de la colegialidad y de la sinodalidad; la atención al sensus fidei , especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular; el cuidado amoroso de los últimos y descartados; el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diversos componentes y realidades». En definitiva, propone una Iglesia que haga presente el Concilio y recogiendo el legado de Francisco los anima a reanudar este camino.